Archivo del blog

miércoles, 20 de diciembre de 2017

HISTORIAS DE MUJERES DE LA HISTORIA Mariquita Sanchez


Continuando con las historias de mujeres de la historia rememoramos a una Dama muy particular en el relato de nuestra Gran Dama Graciela quien nos dejara en mayo de este año. 

MARIQUITA SANCHEZ VELAZQUEZ


Gran vigilia en el hogar de los Sánchez Velásquez, ya que a los 41 años (muy mayor para esa época), su dueña estaba por dar a luz. Es así que el 1° de noviembre de 1786 llegaba al mundo MARIA JOSEFA PETRONA DE TODOS LOS SANTOS,  de ahora en más, MARIQUITA SANCHEZ.
Fueron sus padres el español de Granada, Cecilio Sánchez de Velazco y la porteña Magdalena Trillo.
Esta niña no se conformaba con un destino común, ya que por su vitalidad, inteligencia y espíritu de lucha, sería reconocida como una gran dama de la patria.




Cuando cumplió los 14 años sus padres decidieron casarla contra su voluntad. En ésa época el jefe de familia arreglaba todo a su criterio y se lo comunicaba a la novia pocos días antes de la boda.
El novio elegido era Diego del Arco, al cuál Mariquita no quería, pues se había enamorado con toda la fuerza de la adolescencia de un primo segundo: Martín Jacobo Thompson, 9 años mayor que ella, de atractiva figura, ojos azules, sonrisa tímida y para mejor, vistiendo el uniforme de la Real Armada Española.







Sus padres deciden hacer la ceremonia de esponsales con el novio elegido por ellos, la niña se rebela y afirma su intención de unirse a Thompson. Ante la negativa paterna, Mariquita apela a la Iglesia, que poco pudo hacer en ese momento. A raíz de esa actitud, Mariquita es depositada en un convento, pero no duró mucho en él. Thompson fue destinado a  Cádiz, pero impulsado por su novia busca un pretexto y regresa a Buenos Aires. La lucha entre los padres y la hija duró tres largos años, en los cuales Mariquita, en lugar de desfallecer de amor, como era la costumbre, luchó como una leona, apelando hasta al Virrey, y tuvo al fin de su lado la Pragmática Sanción de 1803, que autorizaba al Virrey  a permitir los casamientos impedidos por los padres.

Después de sortear tantos inconvenientes, la boda de Martín y Mariquita se celebra el 29 de julio de 1805. De ésa unión nacen Clementina, Juan, Magdalena, Florencia y Albina.


La vida de Mariquita estuvo ligada a los acontecimientos públicos, abrazó con fervor la causa de la libertad y colaboró con todas las empresas patrióticas.
En su casa de la calle Unquera (hoy Florida) se trataban y debatían temas políticos y literarios y el 14 de mayo de 1813 en ése lugar se cantó por primera vez el Himno Nacional Argentino.

Piano de Mariquita restaurado.









Thompson es enviado a Estados Unidos donde enloquece y muere  en el viaje de regreso a Buenos Aires, cuando se cumplían diez años de su boda.

En 1820 la muy admirada viuda  contraía nuevo matrimonio, ésta vez con Washington de Mendeville. Francés expatriado, su conducta le deparó muchos sinsabores que terminaron en separación, disimulada por las funciones diplomáticas del marido fuera del país. De ése matrimonio tuvo un hijo, Julio.

Durante el gobierno de Rosas vivió en el exilio en Montevideo, a pesar de la vieja amistad que existía entre ellos, pues tomó partido por los opositores al régimen, entre los cuales estaba su hijo Juan. De esa época son los persistentes rumores de sus relaciones sentimentales con Esteban Echeverría, José Mármol, Domingo Sarmiento y hasta un ex compañero de estudios de su hijo Juan, con el cual cambiaba eróticas misivas.




Pero todo esto no ensombreció nunca el recuerdo del gran amor de su vida. Diría pocos meses antes de morir: “El año 1819 (año de la muerte de Martín) hice un pacto con el dolor, y este fiel compañero no me ha dejado ni en el sueño”.
Mamita Mendeville, como la apodaban afectuosamente sus nietos, falleció el 23 de octubre de 1868 en Buenos Ares a casi 83 años de edad.

Su tumba en el Cementerio de la Recoleta


                          Graciela Antoñanzas
                               12 / 12 / 2009

    



No hay comentarios:

Publicar un comentario