Otro relato
interesante de una Dama rescatada
de la rica historia de nuestro país.
Juana
Manuela Gorriti, mujer de vida intensa, apasionada, escritora prolífica, fue
considerada la principal escritora argentina del siglo XIX.
Nació en Horcones, Salta, el 15 de julio de 1818, hija de
Feliciana Zuviría y José Ignacio Gorriti, en una familia poderosa, con
destacada actuación en las guerras de la independencia, lo que le significó
perder toda su fortuna. Embanderado en la causa unitaria, Gorriti fue derrotado
finalmente por Facundo Quiroga y debió huir a Bolivia.
Comienza en Tarija un exilio que iba a
ser para Juana Manuela el comienzo de una vida apasionante. Existen relatos que
la describen como una niña excepcionalmente despierta y bonita, con rizos
dorados y ojos vivaces. Temeraria y aventurera.
Lo cierto es que en su viaje a Tarija (tenía entonces 14 años), llevaba el recuerdo de un preceptor con el que estrenó tórridos amores. Allí conoció al joven teniente Manuel Isidoro Belzú, oficial del ejército boliviano, con quien se casó. Ambicioso, con pocos escrúpulos, de temperamento impetuoso y temerario, fue el padre de sus dos hijas: Edelmira y Mercedes.
El hogar
que constituyeron fue al principio tranquilo, pero un creciente deterioro los
llevó a la separación 14 años más tarde. Se dice que Belzú la repudió por
celos, pero en el escrito que justifica la anulación del matrimonio abunda en
otros argumentos: la acusa de indiferencia conyugal y falta de imaginación en
el lecho. Dice que su presencia en la cocina era insufrible debido al indigente
repertorio de carne sancochada, empanadillas insulsas, arroces lánguidos y aves
de corral asadas a la que te criaste. No vaciló en calificar de “bazofia” el
puchero que ella preparaba y le servía día y noche.
La propia Juana
Manuela consigna esta anécdota en el prólogo de su libro de recetas que tituló:
¡Cocina ecléctica!, donde admite haber frecuentado más la lectura de Plutarco,
Virgilio y Racine, que en haberse preocupado de contentar el paladar de su
bravo y celoso marido.
Cuando Belzú fue desterrado, su mujer y sus hijas lo acompañaron al Perú. Allí Juana Manuela encontró su lugar en el mundo. Y cuando él regresó a Bolivia lo hizo sin su mujer y sin sus hijas. Ella entonces abrió una escuela primaria y un colegio para señoritas, iniciando una serie de veladas literarias que atrajo a famosos escritores, destacándose ella misma como narradora, publicando en diarios y revistas de toda América e incluso de Madrid y París.
Durante
esa estancia en Perú y luego de separada de Belzú, tuvo otros dos niños, sin
declarar nunca de quien (o quienes) eran hijos.
En 1850
Belzú protagoniza un levantamiento en Bolivia y es proclamado presidente, pero
durante la revuelta es asesinado por el dictador Melgarejo, que abandona el
cadáver en el Palacio de Gobierno hasta que Juana Manuela, que se encontraba en
La Paz visitando a sus hijas, se presenta a reclamarlo. Cuenta ella: “Cuando me
dijeron que Belzú había caído, corrí en medio del combate, llegué hasta el
desventurado, ya cadáver, lo levanté y lo llevé a casa, a ese hogar que él
había abandonado tanto tiempo atrás. Con mis manos lavé su ensangrentado cuerpo
y acostándolo en su lecho mortuorio, lo velé y no me aparté de él hasta que lo
coloqué en la tumba.”
Juana
Manuela sueña con una bella y dulce venganza: hacer triunfar la causa del
pueblo y se pone al frente de un movimiento político, pero el gobierno la
obliga a salir de Bolivia y retorna a Lima, su lugar.
Argentina
fue su lugar de origen, la tierra de su infancia y también la que eligió para
pasar sus últimos años.
Bolivia la
tierra donde se hizo mujer y se casó, donde fue esposa y madre por primera vez.
Pero fue
Perú el país que la vio desplegar su potencial como ser humano y desarrollar
los aspectos que hicieron de ella la figura que quedó como un legado para las
generaciones de mujeres por venir. Escritora del triunfo de la feminidad y los
derechos de la mujer, muy independiente para su tiempo, interesada por el lugar
de la mujer en la sociedad, de ella dijo la escritora Martha Mercader, autora
de Juana Manuela Mucha Mujer: “Era mucha mujer para un general de la época.”
Murió en
Buenos Aires, el 6 de noviembre de 1892, a los 75 años, cargada de laureles y leyendas.
LEONOR MAZZARONE
12/12/2009
No hay comentarios:
Publicar un comentario