Lo lei hoy y me pareció que era para todas nosotras.
Del libro "UTOPoesÍAS". de Ada Luz Márquez
Las
mujeres imperfectas aman sus cuerpos, sus ciclos y lunas, con todas sus
peculiaridades, tesoros y misterios.
Las mujeres imperfectas muestran con
orgullo y honor las arrugas y las cicatrices, porque son las marcas que las recuerdan
que fueron, son y serán más grandes que el dolor.
Las
mujeres imperfectas se atreven a soñar en voz alta, avanzan al mismo paso desde
distintas esferas, crean un lienzo nuevo donde todos los colores son necesarios
y aceptan sus errores como forma valiosa de aprendizaje.
Las
mujeres imperfectas respetan toda forma de vida y exigen de la misma manera
respeto y justicia por la suya.
Las
mujeres imperfectas llevan raíces en sus pies, ancladas a la Madre Tierra. Llevan
en sus pasos a sus ancestros, hermanas, hijas y nietas. Bailan alrededor de las
hogueras para mantener viva la llama de todas las mujeres que fueron quemadas
en ellas por ser más imperfectas “de la cuenta”.
Las
mujeres imperfectas celebran el inmenso regalo que les ha dado la vida al ser mujeres,
gozan de su sexualidad y defienden el derecho vital de ser dueñas de sus
cuerpos y sus vidas.
Las
mujeres imperfectas se honran unas a otras, se dan la mano y el hombro,
celebran los éxitos de las demás como si fueran suyos y lloran la lágrima de las
demás como si las hirieran a ellas mismas.
Las
mujeres imperfectas se rodean de hombres imperfectos, hombres sensibles,
amorosos y despiertos que caminan al mismo paso, en el mismo sendero.
Las
mujeres imperfectas aprenden a sentir la menstruación como un don que las
convierte en dadoras de vida, como una poderosa apertura a otros mundos.
Comprenden el dolor menstrual como un dolor muy antiguo de las mujeres que las
precedieron por muchas generaciones y que supone la reconciliación con su útero
y el útero de la madre tierra. Las mujeres imperfectas comienzan a recordar que
su sangre no es basura, su sangre es sagrada y trae consigo la alquimia de la
vida.
Las
mujeres imperfectas levantan la voz por la femineidad muda en justicia y en
derechos, por los sueños mutilados, las manos atadas por la Historia y la boca
sellada por la tiranía; porque el silencio sometido contiene el grito de todas
las mujeres y el grito de una sola mujer contiene el eco de todos los cantos,
el cielo de todos los vuelos, la simiente de todas las flores.
En
sus vientres traen un canto antiguo y una esperanza gestante. Vienen pariendo
estrellas a este tiempo tan hambriento de luz.
Las
mujeres imperfectas dicen bien alto que no tienen miedo, caminan sin temor y
sin amnesia por un mundo lleno de miedo a las mujeres sin miedo.
Las
mujeres imperfectas no son propiedad de nadie más que de sí mismas, no forman
parte del masculino genérico, ni son costilla de nadie, ni objeto de deseo, ni
son invisibles. Son mujeres y quieren ser nombradas como tal.
Las
mujeres imperfectas son increíblemente perfectas cuando se atreven a ser
imperfectas, cuando se atreven a ser quien las dé la gana ser, cuando se
atreven a ser, sin más ni menos, a ser.
Las
mujeres imperfectas comienzan a sentir la llamada, a reencontrarse con otras
mujeres imperfectas donde se recuerdan todo aquello que el alma no debe
olvidar.
Se
recuerdan que no están solas, que nunca lo estuvieron; que nunca lo estarán.
Porque ser imperfectas
las hace únicas, ser imperfectas las hace, al mundo, a ellos y a ellas, LIBRES.
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✏ Ada Luz Márquez
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